El asesinato de George Floy y una análisis a la distancia del complejo tema
Últimamente mucha gente está preocupada, y para algunas es muy difícil entender o encontrar una razón por la cual en la sociedad moderna, o pos-moderna actual, existen tantos actos de racismo, violencia familiar y crímenes sexuales como nunca se vio antes.
De hecho, de lo que si estamos seguros es que El mundo está experimentando una creciente tasa de violencia, agresión y maldad por parte de las personas a nivel global, por ejemplo: A) Un niño de 9 años es asesinado por la madre, la cual ya le había cortado el pene un años atrás (1), en Brasil; B) Entre abril y julio, policías y pandillas armadas a favor del gobierno cometieron abusos generalizados contra los manifestantes que en la mayoría estaban desarmados. Esos abusos incluían ejecuciones extrajudiciales, en Nicaragua (2); C) Un hombre es preso por dirigir ebrio en Renca, Chile, fue retirado de la van policial, atacado por tres policías que lo golpearon con los puños y punta pies en diferentes partes del cuerpo, incluyendo la cabeza. (3); D) Murió sofocado por los guardias de un shopping un hombre que pasó seis minutos pidiendo ayuda, en Paysandú, Uruguay. (4); E) George Floyd muere “durante una detención policial”, según los policías, “el parecía intoxicado”, según la versión oficial de la Policía, el hombre resistió, y en un video de 10 minutos filmado por un testigo, un policía mantiene a Floyd en el piso, que, a cierta altura, dice: “No me mate”. (5)
Claramente este último hecho no es un caso aislado en los Estados Unidos ni en el mundo, y hasta podría decir que no es una question de raza, religión, sexo, edad, filosofía política o condición económica, han sido parte de nuestra civilización… “La violencia no ha sido ajena a los procesos de cotidianidad o transformación social de América Latina: violenta fue la conquista, violento el esclavismo, violenta la independencia, violentos los procesos de apropiación de las tierras y de expropiación de los excedentes. Pero en la actualidad hablamos de un proceso distinto, singular, y que se refiere a la violencia delincuencial y urbana.”(6) , pero que también podrían representar una continuidad de esas luchas antiguas por libertad, independencia y propiedad.
En verdad, la violencia hoy nos parece más próxima que antes, y eso tal vez se deba a la presencia de los medios actualmente en nuestras vidas, las redes sociales y muchos medios de prensa –que no solo naturalizan, sino que también nos bombardean en nuestras casas y en nuestros celulares con una violencia excesiva, que a veces hasta pretenden justificar- , amparados en el espiral de la comunicación, protegidos por el anonimato, aceleradamente, por el inmediatismo moderno, promueven actos y prácticas que no son adecuadas, que revitalizan y exaltan el odio y las formas violentas de coexistencia.
Ante una realidad tan dura, la humanidad parece hoy estar cambiando su manera de ver las desigualdades y ha salido a las calles a exigir el fin de ciertas prácticas tradicionalmente violentas, pensando que si ciertas formas de tratar a los otros siempre existieron, ahora esto tiene que cambiar. Pienso que el mundo moderno ha reinterpretado el concepto de la lucha social y analiza: “¿qué significa reivindicar derechos cuando no se tiene ninguno? Significa traducir al lenguaje dominante, pero no para ratificar su poder, sino para ponerlo en evidencia y resistir a su violencia diaria y para encontrar el lenguaje a través del cual reivindicar los derechos a los que uno no tiene todavía derecho.” (7), porque aunque parezca mentira, aún existen personas que sienten que no tienen derechos y por eso piden el fin de la opresión que los reprime.”
Es responsabilidad de todos nosotros, por medio de los gobiernos de los Estados, que los legitimamos para el uso racional , progresivo y proporcional de la fuerza pública para darnos seguridad, en principio –sin distinción de raza, genero, edad, clase social, ideología, religión o cualquier otra diferencia personal-, para el libre ejercicio de nuestros derechos como persona, preservando la libertad de todos a cualquier costo, hasta de exigir de ellos un cambio en los paradigmas que consagran y preservan el autoritarismo de la fuerza por encima de la dignidad humana, de la razón y de la propia vida: “Combatir y controlar la violencia no figura como tarea prioritaria en sus estrategias, ni se han desarrollado esquemas de política activa más allá de las intervenciones policiales y judiciales tradicionales… y sus posibilidades de control ayudan a explicar la pobre respuesta de los gobiernos y de sus instituciones a un problema tan delicado y de tanta trascendencia.” (8)
En resumen, debemos empezar a prestar atención a nuestros verdaderos deseos, medir la incidencia psicofisiológica del entorno en nuestras actitudes, y reflexionar sobre los cambios en nuestros comportamientos, y cuestionar cuanto es influencia de los medios sobre cada uno de nosotros (tradicionales y modernos), tanto a corto como a largo plazo; necesitamos pensar si discriminar, descalificar, degradar y humillar a los diferentes es la mejor manera de enfrentar las diferencias, o tendremos que asumir que las mejores personas son aquellas que sacan provecho de las diferencias y de la complementariedad; finalmente tendremos que preguntarnos si someternos a grupo de poder no legítimos es lo correcto, o es necesario generar nuevos espacios de participación a fin de dejar de conservar esos regímenes de poder y de dominación sexual, de genero, familiar, laboral, política y hasta policial, que no solo motivan la violencia social, sino que muchas veces preservan, para legitimar su existencia y autoridad mal interpretada, PORQUE LA VIOLENCIA ES VIOLENCIA, NO IMPORTA DE DONDE VIENE, PORQUE SE IMPONE O QUIEN LA IMPONE.
Richar Enry Ferreira
Referencias:
6 – La nueva violencia urbana de América Latina – Roberto
Briseño-León / Revista DOSSIÊ de Sociología, ano 4, nº 8, jul/dez 2002, p.34-51, Porto Alegre,
Brasil.
7 - PERFORMATIVIDAD, PRECARIEDAD Y POLÍTICAS SEXUALES - Judith
Butler / AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, Volumen 4, Número 3.
Septiembre-Diciembre 2009. Pp. 321-336, Madrid.
8 -Violencia en América Latina Epidemiología y Costos - Juan
Luis Londoño y Rodrigo Guerrero / Red de Centros de Investigación de la Oficina
del Economista Jefe (BID) Documento de Trabajo R-375, Agosto 1999.