terça-feira, 22 de dezembro de 2020

SE VA EL AÑO, Y LOS QUILEROS…

Un año atípico llega a su fin, y especialmente para los comerciantes de todo el Uruguay, la situación no ha sido fácil.




Distanciamiento o aislamiento social, confinamiento voluntario o el lineamiento estatal de #quedateencasa , la cuestión es que este 2020 ha quedado marcado en la memoria de gran parte del mundo y los quileros no son la excepción: siguen yendo a comprar de máscara y cargando lo que pueden, cómo y por donde pueden.

Sin embargo, al margen de todas las dificultades señaladas en artículos anteriores y que se refieren a su salud, a la educación y la represión que han debido enfrentar desde los orígenes de la historia, en nueve meses de un nuevo gobierno uruguayo su trabajo ha sido tema de propuestas legislativas, desde diversas tiendas políticas se han planteado múltiples propuestas, todas discutibles y todas con algo positivo para las fronteras, pero la esperanza parece centrarse en una idea más integral que surge del interior y desde el llano.

Sabiendo que no se trata de distancias geográficas determinadas en quilómetros, ni tampoco de kilos de alimentos permitidos para pasar por la Aduana, Atilio Amoza y Juan Manuel Rodríguez (Tacuarembó) insisten en que debemos hablar de libertades -eso que el Presidente de la República repitió varias veces en su discurso de asunción el 1° de marzo-, especialmente la libertad de poder comprar donde nos es más conveniente.

Su propuesta pretende cambiar el enfoque represivo hacia el contrabando. Si bien los dos fundamentos para combatir el contrabando que realizan los quileros son la protección a la industria nacional y la supuesta evasión de impuestos, hoy tales argumentos carecen de validez, ya que al estar dentro del Mercosur no existe esa protección arancelaria a los productos de los países vecinos.

En lo impositivo, los quileros pagan impuestos aún sin quererlo, ya que al comprar en Brasil, lo hacen como consumidor final y pagan IVA en el vecino país; entonces no hay tal omisión del pago de tributos, dicha apreciación es incorrecta y perfectamente podría resolverse con políticas espejo en nuestro país, reduciendo o erradicando así ese daño parcial e involuntario, pagando los impuestos en el país de ingreso.

En ese sentido, proponen que se busque un mecanismo para formalizar la actividad, para que el quilero, para que de ese modo, deje de ser jurídicamente un delincuente y pase a ser un pequeño importador, lo cual sumado a la propuesta legislativa que algún integrante del partido de gobierno esgrime, quitando la sanción penal a la actividad de transporte y comercialización de mercaderías del vecino país, reduciría el número de presos por tal delito y concomitantemente evitaríamos que ciudadanos honestos que pretenden trabajar se relacionen con verdaderos delincuentes que luego los captan para el crimen organizado.

Entonces, más allá de las restricciones de ingresos al Uruguay, del rastreo de contagiados, y potenciales portadores del virus, hay otros temas que preocupan a un gran sector de la sociedad, y todas las esperanzas están puestas en estas propuestas complementarias de despenalización, que -junto a la apertura del país para turistas y la flexibilización comercial fronteriza-, conducirían en un futuro a la regulación de la actividad y viceversa.

Ahora, solo depende de la voluntad política del gobierno de turno, una decisión sabia que descomprimiría mucho la delicada situación social de las regiones fronterizas del país y que los quileros, como otros muchos comerciantes, podrían recibir con gran beneplácito en este 2021 que llega, posicionandonos de otro modo frente al comercio de los vecinos paises.

Richar Enry Ferreira

sábado, 5 de dezembro de 2020

SOCIEDAD PENSANTE

Es tan preocupante el número de quienes pierden su vida a causa o por consecuencia del virus, como la cantidad de gente que ingresa en la zona de vulnerabilidad social.


Durante estos días venimos siguiendo momento a momento, como si fuera un campeonato mundial de fútbol, cifras, números y conceptos aislados que no representan nada en el universo global, conformado por causas de muerte con motivos previsibles por los que la gente no hace nada para evitar. 

¿Por qué dejamos de hablar del SIDA, porqué dejamos de hablar del consumo problemático de drogas, porqué nadie más habla de los homicidios, que se siguen sucediendo -especialmente el de los trabajadores de la seguridad pública (entre 6 y 8 muertos por año), un índice que no se logra revertir y que acompasa la realidad de la región (entre 0,17 y 0,22 c/100 mil hab.)-, ni de todo el daño en las víctimas que los delitos dejan tras de sí? 

Peor aún: seguimos sin resolver el problema de los crecientes suicidios, números desdibujados por intereses políticos, que no arrojan claridad ni mucho menos veracidad como para poder adoptar medidas que reviertan tan duro flagelo (falsos positivos y falsos negativos), que ataca silenciosamente a personas de todos los estratos sociales, configuraciones familiares o franja etaria. 

Es más, ningún médico nos dice cuántas personas pierden sus vidas por mala praxis, ningún integrante del gobierno nos cuenta cuántas personas fallecieron por virus intrahospitalarios en razón de una internación o simple consulta en un centro de asistencia de salud, ni mucho menos encuentro algún medio que informe cuántas personas requieren atención psiquiátrica debido al estrés, la angustia y la depresión que todo el actual escenario causa.

Pareciera que las enfermedades en el mundo, que las desgracias o las malas noticias tienen “una moda”, tendencia ésta determinada por otros intereses que a menudo se alejan mucho de la salud o del bienestar de la población; tal es así, que ante la noticia de que Francia liberaría a la población para que empezara a regresar a la normalidad, la recomendación de la OMS fué "deben invertir más en salud", mientras por otro lado advierte que esto  no va a cabar más

Entonces aquí es donde se nos plantea el desafío de parar –y no porque se pretenda negar la existencia del Covid, o porque se busquen conspiraciones farmaceuticas y de los empresarios de los laboratorios-,  parar, pensar y preguntarse: ¿es todo lo que veo tal como me lo cuentan? ¿Cuánto depende de mí el reducir los contagios, y cuánto depende del interés de otros en aumentar la cantidad de test para elevar el índice? ¿Debo preocuparme por evitar la interrelación social para impedir el contagio y así reducir la probabilidad de comorbilidad, o es más preocupante la certeza laboral luego de la “cuarentena” de 14 días, meses en seguro de desempleo y empresas que cierran por falta de viabilidad…? 

Parece no existir una respuestas, sólo muchas dudas y la invitación a seguir cuidándose, minimizando las posibilidades de contagio y viviendo sin miedo, porque si una cosa debilita a los pueblos es el miedo –basta recordar al Cid, en ese relato épico según el cual el caballero derrotó a las huestes del rey moro Búcar que atacaban Valencia, después de muerto, amarrado a la montura de su caballo-.

Richar Ferreira

terça-feira, 17 de novembro de 2020

MIGAJAS DE LA TORTA

Hace algún tiempo ya, desde nuestra mirada, venimos tratando el tema fronterizo, y no porque seamos los adalides de los quileros, ni porque tengamos intereses en el contrabando o porque pensemos que alguien va a cambiar algo en la frontera, sino intentando aportar modestamente al cambio desde nuestro lugar como nativos y residentes de la zona.


Imagen de Darly Borges

Hace varios años, desde el Departamento de Tacuarembó unos ciudadanos libertarios resolvieron incursionar en política dentro del Partido Nacional con el Lema “Un bagayero, un patriota”; pero tenían más que un slogan disruptivo: planteaban una idea, aportaban un proyecto con base y aporte desde la ciudadanía, propuesta que aún defienden y por la que siguen trabajando Atilio Amoza y Juan Manuel Rodríguez y expresan: "el contrabandista está jurídicamente en la categoría de delincuente por un tema de que no hay un trámite sencillo para la importación" […] "La actividad es comercial, consiste en comprar mercadería en determinado territorio, transportarla y venderla en otro. En la esencia no es una actividad que tenga un daño. Queremos abrir el debate y que se cree un mecanismo sencillo acorde a las dimensiones comerciales de Tacuarembó para que se pueda realizar" (1).


Con la incursión de “Cabildo Abierto” en la esfera legislativa, desde Artigas, su referente local explicaba la nueva propuesta y decía: “El proyecto trata de achicar esa brecha para que el sector comercio se pueda desarrollar mejor, y evitar que la gente se pase al otro lado de la frontera a hacer sus compras. Se busca disminuir los precios que el consumidor paga para que el comercio sea más competitivo” […] y define que el objeto es “establecer un régimen jurídico especial de comercio fronterizo para las micro, pequeños y medianas empresas (Mipymes) instaladas o por instalarse, en zonas de frontera del país” hasta 20 kilómetros desde los pasos de frontera.” (2)

Ahora, hace algunas horas o días, un Diputado Suplente del Partido Colorado, y también del Departamento de Artigas, propone: “una canasta básica alimenticia para la frontera” en estos términos: «consideramos oportuno promover la desgravación de una lista acotada de productos que integran la canasta básica familiar y de otros productos cuyo uso es indispensable en los tiempos que corren, y cuyo valor en los comercios de los países vecinos es sustancialmente menor». (3)

Mientras tanto el ex Intendente de Cerro Largo (gobernante por 10 años), ahora electo Senador por el Partido Nacional, entiende que las fronteras “son un espacio de oportunidades para el país”, y pide “medidas inteligentes y no más aduana o represión para el contrabando de frontera”: «Estamos sufriendo muchísimo las consecuencias de la falta de competitividad de los productos en frontera. Esto no se arregla con más aduana, con más represión, esto se arregle con medidas inteligentes». (4)

Ahora, cuando analizamos fenómenos regionales como este, necesitamos entender que hay cuestiones que son endémicas, históricas y tradicionales, y que por más que hayan pasado decenas de gobernantes desde el origen de la Patria, siguen sin ser resueltas; por otra parte, hay temas que son heredados y se arrastran desde hace algún tiempo, como lo es la desocupación, la informalidad y el analfabetismo (o bajo nivel educativo); y finalmente hay temas que son actuales y esos son los requieren soluciones más urgentes porque la gravedad de la situación lo requiere, y para eso no basta con buenas ideas, ni con acciones “samaritanas”, que por más que se acostumbre a hacerlo, no le va a cambiar en nada la vida de la gente; de canastas alimenticias y buenas intenciones está empedrado el infierno, podríamos decir parafraseando el dicho popular.

De poco sirve repartir las migajas del Estado entre los más necesitados, si no tratamos algunos de esos problemas que generaron, generan y generarán la actual situación; y no me refiero a la pandemia, sino a la falta de poder adquisitivo, a la falta de libertad de comprar donde es más barato, a la falta de trabajo y al hambre de los que viven en las fronteras si no les damos la posibilidad de que se ganan su sustento con dignidad. Sería más “inteligente” dejar de hacer política con las necesidades de los contrabandistas, quileros o bagayeros, y ponerse a trabajar juntos, todos los legisladores de los departamentos fronterizos, sin importar color político, en busca de una solución definitiva; y no les pido que cambien la historia y reconozcan que se perdió el tiempo sin hacer nada, AHORA PUEDE SER EL MOMENTO DE CAMBIAR DE VERDAD Y SALIR ADELANTE CON MÁS INVERSIÓN, SIN BARRERAS IMPOSITIVAS Y SIN CONDENA PENAL.

Entonces mi pregunta final es ¿por qué no se puede pensar en Asambleas Ciudadanas en las distintas ciudades de frontera para saber que quiere y necesita la gente? Y me podrán decir que hoy por la pandemia no se puede aglomerar gente, pero perfectamente se pueden abrir canales digitales para la discusión y votación de la ciudadanía, donde el pueblo se pueda expresar, proponer y resolver que es lo que quiere, lo que necesita y cree que se merece para cambiar una realidad histórica que ha sido negada por intereses ajenos a los pobladores de la frontera.

Richar Enry Ferreira


EL OBSERVADOR





1 - https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Lista-de-Lacalle-busca-legalizar-el-contrabando-y-su-eslogan-es-Un-bagayero-un-patriota--uc722044

2 - https://www.xn--lamaana-7za.uy/agro/cabildo-abierto-presento-proyecto-de-ley-para-impulsar-el-comercio-fronterizo/

3 - https://www.republica.com.uy/proponen-una-canasta-basica-alimenticia-para-la-frontera-id798965/
4 - https://www.carmeloportal.com/58375-botana-pide-medidas-inteligentes-y-no-mas-aduana-o-represion-para-el-contrabando-de-frontera

SOCIEDAD COMPLICE

"Cada pueblo tiene el gobierno que se merece", es así...


Las elecciones Municipales realizadas en los últimos tiempos –tanto en Uruguay como en Brasil- nos han planteado una vez más un cuestionamiento que las civilizaciones occidentales arrastramos hace varios siglos: la DEMOCRACIA, ¿es elegir y ser elegido? ¿Es sufragar o votar cada cinco años? ¿Es elegir al menos malo o al que más me conviene? ¿O ES MÁS QUE ESO…? 


Se nos enseñó y lo enseñábamos en nuestras épocas de docente, que el origen etimológico de la palabra era griego, que significaba “gobierno del pueblo” o “popular” y que en sus inicios (S. VI a.C.) la democracia no era como la conocemos hoy día, ya que las mujeres, los esclavos y los extranjeros no podían votar, y la asamblea de ciudadanos sólo la integraban unos pocos; por lo tanto, si ya desde sus orígenes, el nombre “democracia” resultaba ambiciosos o falaz, ¿cómo podemos creer que si no hacemos nada por cuatro o cinco años, la “democracia moderna” va a funcionar como era el ideal ateniense? 

Analizando algunas realidades de la región y recordando las palabras de George Orwell: "Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice"; ¿qué es lo que hace que estas palabras nos resulten tan actuales, a pesar de que fueron escritas y transmiten una visión de principios del siglo XX?. ¿No será que las sociedades modernas aún no hemos aprendido que la responsabilidad la tienen los pueblos sobre su propio presente y futuro?. ¿Cómo es que un escritor y periodista pudo comprender eso hace más de 150 años, y nosotros aún hoy día seguimos creyendo en un mesías o mahdi (salvador en el que creen cristianos y musulmanes)? 

Por lo tanto, considero que tal vez sea oportuno cuestionarnos si de verdad existen ciudadanos víctimas, rehenes o “pobres de mí”, y empezar a preguntarnos cuanto hicieron/hicimos/hice por ser gobierno de mi presente y futuro, cuánto tiempo dediqué cuidar de mis intereses (no sólo de lo que me da dinero), de aquello que ahora digo y creo que me importa, de lo que ahora motiva mi molestia o queja contra el otro u otros? 

En nuestra sociedad, en las asociaciones civiles, barriales, municipales y hasta estatales, no hay victimarios, autores, o acusados de acciones que nos perjudican, nos avergüenzan, o deploramos; HAY PERSONAS, que por su disposición para ocupar ese lugar, con sus defectos y virtudes, están allí PORQUE ALGUIEN LOS ELIGIÓ, porque los ciudadanos, mujeres/hombres/lgbt, negros/blancos/aborígenes, todos los ciudadanos legales habilitados para votar -porque eso sí, ahora todos tienen derecho y ninguno puede decir que no puede participar- TODOS PUEDEN ELEGIR, aunque no todos podemos ser elegidos. 

En conclusión, creo que podemos ser demócratas de verdad y participar todos los días, ya no cada 4 o 5 años, o podemos optar por descreer de este sistema de construcción de gobierno y omitir la faceta política de nuestras vidas y vivir en paz, sin quejas, ni acusaciones, sin insultos ni reclamos, RESPONSABLES DE NOSOTROS MISMOS, CONSCIENTES DE NUESTRA REALIDAD Y CONSTRUYÉNDOLA A DIARIO, con nuestras ideas, con nuestros aportes y con nuestras acciones.

Richar Ferreira


sexta-feira, 10 de julho de 2020

HACIENDO MEMORIA

Muchos años y tantas cosas vividas, 24 y 12.




El pasado 5 de julio se cumplieron 24 años de mi ingreso al Instituto policial, junto a otra veintena de personas, unos que ya no están en este mundo y otros que han dejado la fuerza, los menos por voluntad propia, por acción externa los más.

Pero los años pasan y la evaluaciones llegan: año y medio en Seccional 16 (Rural), año y medio en Seccional 1era, seis años en Administración de Jefatura y un año y poco más entre la Seccional 6ta y 11ra. de la Jefatura de Policía de Cerro Largo. Luego vinieron años interesantes en la capital (Montevideo), Seccional 13ra. y 8va., desde patrullaje a pie, pasé por móviles, oficinas jurídicas, policía comunitaria, y todas ellas dejaron sus enseñanzas.

Hace tiempo he dedicado mis energías y trabajos a la lucha sindical, convencido de que el sindicalismo es la herramienta que los trabajadores policiales deben tener y defender, para hacer valer sus derechos, para reivindicar lo que sienten que se merecen y lo que la norma habilita pero los intereses ajenos y de terceros no permiten que ejerzan, por ejemplo en el área de la salud laboral, especialmente en el interior del país, donde las Jefaturas más se parecen más a un "Feudo" manipulado por un semi-dios impune, que a una Jefatura Política de Policía.









Vi a muchos hombres fuertes llorar por injusticias cometidas por el sistema (enviándolos a cárceles de máxima seguridad por defender el derecho a agremiarse); vi a otros llorar sepultando a su compañero asesinado cobardemente de un disparo en la cabeza (caso Oseas Pintos, donde el autor del ingreso a la cárcel del arma que le dio muerte permanece impune, y nadie dice nada); me tocó estar con otros en el Juzgado, acusados de asesinar (cuando lo único que hicieron fue defender su vida y la de su compañero). Marché con miles que reclamaban por el pago de sus haberes, cuando el gobierno de Rio Grande del Sur parcelaba y atrasaba los salarios públicos; estuve con compañeros del interior que volando de fiebre y con tremendo malestar no eran atendidos por Sanidad Policial sólo por ser del interior y no contar con la debida cobertura en la capital; ví padres del interior alegrarse porque sus hijos ahora podían tener un lugar donde alojarse con seguridad y a muy bajo costo en Montevideo (cuando junto a Etchepare y Pina creamos el Residencial Estudiantil para familiares de policías); también fui expulsado de dependencias policiales por informar y asesorar a colegas, denuncié e informé en la prensa cientos de veces (incluso a precio de haber sido solicitada mi destitución de la Fuerza por parte de un jerarca), vi corrupción y corruptos ir y venir, certeza de la impunidad absoluta y complicidad de muchos, incluso de la propia Dirección de Asuntos Internos.

Muchos años pasaron y sé que todo no ha sido en vano; sin sanciones graves, sumarios o procesos y sin ser un "Super Policía", hice mi trabajo y ayude a otros a realizarlo de la mejor forma, dando todo. Internacionalizar la lucha por la defensa de los derechos y las libertades ha sido mi objetivo en estos últimos años, y por eso llegué hasta lugares donde nunca hubiera imaginado... El que entendió que solo juntos y unidos se sale adelante, bien; el que no lo entendió y antepuso otros intereses, lo lamento; hice amigos y enemigos, los primeros menos que los segundos.

Pero lo más importante que siento haber logrado, ha sido la democratización de la discusión en temas de seguridad pública y ciudadana; haber entendido que así como nuestra patronal no lo sabe todo, nosotros los trabajadores, tampoco sabíamos todo, y para eso necesitábamos nutrirnos de los conocimientos técnicos y teóricos, para que junto con nuestra sapiencia pragmática, derivada de la labor de combate al delito y lucha por la seguridad, pudiéramos conformar saberes que le aportaran transformaciones beneficiosas a la población en general.



No creo que sea momento de medir logros; sólo puedo decir que no es fácil, no es fácil avanzar, no es fácil evolucionar, porque los intereses políticos se imponen, porque las voluntades del corporativismo de la oficialidad muchas veces no lo permite, o simplemente porque no estamos preparados para cambiar, para asumir determinadas responsabilidades y evolucionar, los otros ni nosotros. La vida sigue y veremos qué nos depara el mañana, pero hasta hoy hemos sabido cumplir. Que podríamos haber hecho más y mejores cosas, sí es cierto; pero también es verdad que podríamos haber sido muchos más los que dábamos la pelea: la comodidad nos ha ganado, la apatía nos ha superado y la indefensión aprendida nos derrotó.

Salú Policía Nacional, salú movimiento sindical latinoamericano y del mundo, juntos podemos!

NOS ESTÁ VENCIDO EL QUE PELEA, FUERZA Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!!!







Richar Ferreira

sábado, 27 de junho de 2020

Adelanto EL POBRE QUE VA POR PAN

Adelanto del documental: EL POBRE QUE VA POR PAN 


En el se recrea el proceso creativo del artista Nicolás Fariña, de la ciudad de Melo, la selección del material, la elaboración de las piezas y su visión del tema; además, participan del mismo, profesionales del medio exponiendo una visión histórica y legal de los contrabandistas, y como no podía faltar, también está la palabra de ex-quileros que contrabandearon a caballo, en bicicleta, en moto y a pie.

Agradecemos el apoyo de todos lo que participaron, y de aquellas personas anónimas que hicieron posible la realización de este material, esperamos sea de vuestro agrado, les invitamos a compartir una parte de la realidad social y laboral de la frontera, una faceta cultural e identitaria de una región marcada desde su origen por la presencia de los bagayeros transgresores y rebeldes.

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Richar Enry Ferreira - ART IMAGE 

sexta-feira, 19 de junho de 2020

LOS QUILEROS Y SUS ALTERNATIVAS

Que podrían hacer si no fuera eso

Hasta el cansancio se ha discutido en diversos ámbitos -académico, legislativo y hasta regional-, desde hace ya varios años, sobre cómo tratar el tema contrabando, cuáles son las alternativas que tienen los quileros y cómo entender o cambiar esa realidad de frontera. 




Ex-contrabandistas co-protagonistas del corto-documental EL POBRE QUE VA POR PAN
Desde abril 2019 el Diputado Gerardo Amarilla, electo por el Departamento de Rivera, viene proponiendo la despenalización del contrabando –evitando así que simples jornaleros entren en contacto con el mundo del tráfico ilegal de alto porte y elevado peligro en las cárceles-, lo que permitiría tratar a los quileros como trabajadores y no ya como delincuentes, estableciendo o determinando el Estado cuáles serán los topes legales por los que un cargamento será considerado falta o delito. 

Por otra parte, el Contador Atilio Amosa de Tacuarembó, viene proponiendo desde hace un tiempo la regularización al tránsito de mercadería, bienes y servicios en la frontera, teniendo en cuenta que el propio estatuto del Mercosur impone la libertad para el comercio de ellos, aunque desde 1991 eso no ha sido implementado; de ésta forma, los quileros dejarían de pagar impuestos en el vecino país (los pagarían en el Uruguay), y a su vez podrían legalizar el trabajo de trasiego de mercadería -lo cual reduciría el índice de 50% de informalidad y el 45% de desocupación-, igualándolos a la condición de importador y pudiendo actuar individual o conjuntamente entre un grupo de ellos. 

Desde nuestro humilde lugar, hemos venido proponiendo que se discuta, se transforme y se adecue la educación en zonas de frontera, porque no sólo se observa en dicha región el problema del analfabetismo -índice que duplica la media nacional del país del 1,5% y un 3% sin estudios universitarios-, sino que lo que es más triste aún, estas área del país padecen las consecuencias de la limitada mentalidad capitalina, donde los programas y sistemas educativos que se transmiten y aplican son los que se elaboran para el área metropolitana, que muchas veces no son viables ni contemplan las necesidades y particularidades de los habitantes de la frontera, especialmente de los jóvenes que con frecuencia deben migrar, no sólo en procura de trabajo sino en busca de un estudio que les permita creer que pueden vivir en su ciudad de lo que les gusta o saben hacer mejor (o en su defecto se vuelven quileros). 

Pero claro está que nada de esto es viable, correcto o adecuado si se realiza a espaldas de los quileros, si se gestiona o resuelve detrás de un escritorio, en la capital o por algún diplomático de saco y corbata que nunca pisó ni vivió esa realidad in situ. Si en verdad se pretende buscar un cambio y transformar esta realidad, necesariamente deberán de ponerse en práctica los mecanismos democráticos de participación para consultar, escuchar y darle un lugar a los pobladores involucrados en el tema, ya que no es plausible evidenciar un futuro distinto ni mejor, para ellos o para sus familias, si todo sigue igual, o peor aún, si esas transformaciones sociales vienen impuestas, desenganchadas de la realidad y desprendidas de todo afecto identitario y de respeto por la cultura local. 

Desde el arte y la cultura estamos dando el primer paso, exponiendo la realidad, recuperando y revalorizando parte de la identidad y la cultura fronteriza, presentando propuestas y alternativas de cambio, porque creemos que no es justo ver morir a personas que sólo van a buscarse el pan. Ahora, cualquier posible cambio real únicamente se logrará con la participación de todos aquellos involucrados directa e indirectamente con la frontera y los quileros, porque todos de un modo u otro tenemos o tuvimos alguna vinculación real con el tema. Negarlo es de hipócritas, desestimarlo es de necios: el interior también existe y en la frontera se vive otra vida que es imposible continuar ocultando. 

sexta-feira, 12 de junho de 2020

CAOS SOCIAL Y SEGURIDAD TERAPÉUTICA

El asesinato de George Floy y una análisis a la distancia del complejo tema

Últimamente mucha gente está preocupada, y para algunas es muy difícil entender o encontrar una razón por la cual en la sociedad moderna, o pos-moderna actual, existen tantos actos de racismo, violencia familiar y crímenes sexuales como nunca se vio antes. 

De hecho, de lo que si estamos seguros es que El mundo está experimentando una creciente tasa de violencia, agresión y maldad por parte de las personas a nivel global, por ejemplo: A) Un niño de 9 años es asesinado por la madre, la cual ya le había cortado el pene un años atrás (1), en Brasil; B) Entre abril y julio, policías y pandillas armadas a favor del gobierno cometieron abusos generalizados contra los manifestantes que en la mayoría estaban desarmados. Esos abusos incluían ejecuciones extrajudiciales, en Nicaragua (2); C) Un hombre es preso por dirigir ebrio en Renca, Chile, fue retirado de la van policial, atacado por tres policías que lo golpearon con los puños y punta pies en diferentes partes del cuerpo, incluyendo la cabeza. (3); D) Murió sofocado por los guardias de un shopping un hombre que pasó seis minutos pidiendo ayuda, en Paysandú, Uruguay. (4); E) George Floyd muere “durante una detención policial”, según los policías, “el parecía intoxicado”, según la versión oficial de la Policía, el hombre resistió, y en un video de 10 minutos filmado por un testigo, un policía mantiene a Floyd en el piso, que, a cierta altura, dice: “No me mate”. (5) 

Claramente este último hecho no es un caso aislado en los Estados Unidos ni en el mundo, y hasta podría decir que no es una question de raza, religión, sexo, edad, filosofía política o condición económica, han sido parte de nuestra civilización… “La violencia no ha sido ajena a los procesos de cotidianidad o transformación social de América Latina: violenta fue la conquista, violento el esclavismo, violenta la independencia, violentos los procesos de apropiación de las tierras y de expropiación de los excedentes. Pero en la actualidad hablamos de un proceso distinto, singular, y que se refiere a la violencia delincuencial y urbana.”(6) , pero que también podrían representar una continuidad de esas luchas antiguas por libertad, independencia y propiedad. 

En verdad, la violencia hoy nos parece más próxima que antes, y eso tal vez se deba a la presencia de los medios actualmente en nuestras vidas, las redes sociales y muchos medios de prensa –que no solo naturalizan, sino que también nos bombardean en nuestras casas y en nuestros celulares con una violencia excesiva, que a veces hasta pretenden justificar- , amparados en el espiral de la comunicación, protegidos por el anonimato, aceleradamente, por el inmediatismo moderno, promueven actos y prácticas que no son adecuadas, que revitalizan y exaltan el odio y las formas violentas de coexistencia. 

Ante una realidad tan dura, la humanidad parece hoy estar cambiando su manera de ver las desigualdades y ha salido a las calles a exigir el fin de ciertas prácticas tradicionalmente violentas, pensando que si ciertas formas de tratar a los otros siempre existieron, ahora esto tiene que cambiar. Pienso que el mundo moderno ha reinterpretado el concepto de la lucha social y analiza: “¿qué significa reivindicar derechos cuando no se tiene ninguno? Significa traducir al lenguaje dominante, pero no para ratificar su poder, sino para ponerlo en evidencia y resistir a su violencia diaria y para encontrar el lenguaje a través del cual reivindicar los derechos a los que uno no tiene todavía derecho.” (7), porque aunque parezca mentira, aún existen personas que sienten que no tienen derechos y por eso piden el fin de la opresión que los reprime.” 

Es responsabilidad de todos nosotros, por medio de los gobiernos de los Estados, que los legitimamos para el uso racional , progresivo y proporcional de la fuerza pública para darnos seguridad, en principio –sin distinción de raza, genero, edad, clase social, ideología, religión o cualquier otra diferencia personal-, para el libre ejercicio de nuestros derechos como persona, preservando la libertad de todos a cualquier costo, hasta de exigir de ellos un cambio en los paradigmas que consagran y preservan el autoritarismo de la fuerza por encima de la dignidad humana, de la razón y de la propia vida: “Combatir y controlar la violencia no figura como tarea prioritaria en sus estrategias, ni se han desarrollado esquemas de política activa más allá de las intervenciones policiales y judiciales tradicionales… y sus posibilidades de control ayudan a explicar la pobre respuesta de los gobiernos y de sus instituciones a un problema tan delicado y de tanta trascendencia.” (8) 

En resumen, debemos empezar a prestar atención a nuestros verdaderos deseos, medir la incidencia psicofisiológica del entorno en nuestras actitudes, y reflexionar sobre los cambios en nuestros comportamientos, y cuestionar cuanto es influencia de los medios sobre cada uno de nosotros (tradicionales y modernos), tanto a corto como a largo plazo; necesitamos pensar si discriminar, descalificar, degradar y humillar a los diferentes es la mejor manera de enfrentar las diferencias, o tendremos que asumir que las mejores personas son aquellas que sacan provecho de las diferencias y de la complementariedad; finalmente tendremos que preguntarnos si someternos a grupo de poder no legítimos es lo correcto, o es necesario generar nuevos espacios de participación a fin de dejar de conservar esos regímenes de poder y de dominación sexual, de genero, familiar, laboral, política y hasta policial, que no solo motivan la violencia social, sino que muchas veces preservan, para legitimar su existencia y autoridad mal interpretada, PORQUE LA VIOLENCIA ES VIOLENCIA, NO IMPORTA DE DONDE VIENE, PORQUE SE IMPONE O QUIEN LA IMPONE.

Richar Enry Ferreira
Referencias:
6 – La nueva violencia urbana de América Latina – Roberto Briseño-León / Revista DOSSIÊ de Sociología, ano 4, nº 8, jul/dez 2002, p.34-51, Porto Alegre, Brasil.
7 - PERFORMATIVIDAD, PRECARIEDAD Y POLÍTICAS SEXUALES - Judith Butler / AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, Volumen 4, Número 3. Septiembre-Diciembre 2009. Pp. 321-336, Madrid.
8 -Violencia en América Latina Epidemiología y Costos - Juan Luis Londoño y Rodrigo Guerrero / Red de Centros de Investigación de la Oficina del Economista Jefe (BID) Documento de Trabajo R-375, Agosto 1999.

quinta-feira, 11 de junho de 2020

EL PROBLEMA , ES EL PROBLEMA

Violencia gratuita, la punta del iceberg


   Una reflexión que no tiene nada que ver con lo que a diario suelo tratar, quiero referirme a los hechos de público conocimiento y de repercusión masiva, que es la discriminación o mejor dicho el destrato, el agravio, el desprecio de algunos, entre ellos “comunicadores” o “formadores de opinión”.

   El problema NO SOLO es global, porque el exceso de unos mató a un hombre de raza negra en EUA, tampoco lo es porque en Rusia se envió a presión a un gay, el problema es nuestro, es de toda la humanidad, DE AQUÍ Y DE ALLÁ. Que se trate sobre la triste práctica del suicidio en Rocha, que se observe la presencia de una funcionaria de la Guardia Republicana de baja estatura en una formación policial, o que sea curiosa para algunos la forma que viven, hablan o se expresan los riverenses, eso no es problema porque es parte de la diversidad natural, EL PROBLEMA ES EL DESPRECIO POR EL OTRO DIFERENTE.

   Eso es lo triste y lamentable que nos toca vivir hoy, esa sensación de que COMO NO SE ES IGUAL AL OTRO, si no se parece con la generalidad de las personas que se conocen, ESO YA LE OTROGA PODER A ALGUNOS PARA DESCALIFICAR, MENOSPRECIAR, DEGRADAR Y HUMILLAR A LOS OTROS, al punto de causarle la muerte, y esto vale para el ámbito social, deportivo, político, religioso, racial, genérico, barrial, etc. etc.

   Obviamente que esto no se debe a un solo motivo, sin dudas es multicausal y como siempre empieza en casa y sigue en la “educación formal”, que en vez de incluir a los diversos los castiga porque no son funcionales al sistema y no alcanzan los niveles de exigencia, igual que los demás en determinadas áreas curriculares, o si no, los benefician para que se sientan menos que los demás, tratándolos como necesitados de una compensaciones extraordinarias, que los demás no las tienen, para ser ellos mismos y reivindicar los derechos y libertades que como personas son dignos de gozar.

   Aquí no voy a hacer una reivindicación por un tipo de diferencia ni voy a panfletar a favor de ninguna minoría, todo lo contrario, voy a exaltar esas diferencias, porque gracias a esas es que las sociedades crecen, avanzan y se superan; y el problema no es la discriminación, SINO LA MALDAD INTRINSECA CON QUE SE DISCRIMINA, LA SOBERBIA CON QUE SE REFIEREN A LOS OTROS, LA VIOLENCIA Y AGRESIVIDAD CON QUE INTEREACTÚAN CON LOS DEMÁS, y esto no se resume a los comunicadores –que hoy están en boca de todos a nivel nacional- alcanza a las más altas esferas de poder que no solo se descalifican entre si ante una cámara o un micrófono, sino que llega a los que sintiéndose con el poder y el derecho de sustraer, agredir y matar se dedican a delinquir en vez de trabajar, porque LA VIOLENCIA, ES VIOLENCIA, no importa de quien venga ni a quien vaya.

   SIEMPRE HAY TIEMPO DE FRENAR NUESTRA LENGUA, DE PARAR Y CAMBIAR, depende de cada uno de nosotros no escuchar un programa de radio o ver un programa de televisión por la violencia expresa hacia alguna minoría afectada, depende de cada empresario no publicitar ni financiar dicho tipo de prácticas, depende de vos y de mi no aplaudir a esos líderes que insultan y encuentran alguna gracias en sus términos soeces para con los demás que no piensan o viven igual que ellos, depende de todos nosotros no callar más esas humillaciones del tipo que sea y en el espacio que sea que ocurran, DEPENDE DE QUE LA GRITES CON FUERZA, DE QUE LOS EXPONGAS, DE QUE LOS DENUNCIES, sino, solo serás un cómplice más, sin valor, sin importancia ni aprecio por tu propia vida ni por la de los demás, PORQUE LOS QUE NOS SOSTIENE SON LAS DIFERENCIAS, LA EQUIDAD Y LA COMPLEMENTARIEDAD

Richar Ferreira

(humor es Landriscina, lo era Decalegron o Telecataplum)

#violencia #agresividad #inseguridad

sexta-feira, 5 de junho de 2020

EL QUILERO Y LA REPRESIÓN

La represión ha sido una constante en la región fronteriza, y una se explica por la otra

(In memoriam de: Dulcia Rodriguez
vendedora ambulante, aquí frente al BPS)

Es imposible pensar en un quilero, tratar el tema de los bagayeros o referirnos al contrabando y no hablar de la represión, desde aquellas patrullas a caballo de la Policía a los tiros, de las persecuciones de Investigaciones con sus miguelitos o de los operativos en helicóptero de Inteligencia destratando contrabandistas; de la Aduana complicando la pasada y aquella “rojita” que llegaba cada tanto causando el terror de esos jornaleros, persiguiendo y sacando todo en épocas de mucha escasez; o del Ejercito incautando alimentos en tiempo de Dictadura y rompiendo puentes en democracia. 

La represión ha sido una constante en la región fronteriza, y una se explica por la otra, esa codependencia existencial muchas veces ha llevado implícita la corrupción de las instituciones públicas, ilegal pero real, basada en un acuerdo tácito de “te dejo vivir y me das vida”, pero esto no solo ocurre en las fronteras, sino también en los puertos y aeropuertos de acceso a los países, a veces por medio de grandes organizaciones estructuradas, otras, improvisadas y circunstanciales, acordadas entre las partes en el momento, que permiten el ingreso de cargas prohibidas al costo de diversas sumas de dinero, bienes o servicios intercambiados como “favor”. 

Ahora bien, si la existencia de una y otra práctica está intrínsecamente relacionada, quizás sea hora de empezar a cambiar: ¿no será el momento de romper con ese perverso y vetusto ciclo de corrupción-contrabando? En tiempos en que la innovación en el mundo moderno ha cambiado la vida de los seres humanos, se supone que para mejor: ¿acaso tal vez tendríamos que pensar y generar soluciones modernas que acaben con este tipo de prácticas dañinas para todos y beneficia solo a unos pocos ambiciosos, egoístas y deshonestos que se favorecen del actual sistema imperante? 

Lo cierto es que los ciudadanos de la frontera, los quileros, merecen dejar de pensar en sobrevivir trayendo lo que se pueda, en subsistir con unos kilos nada más; necesitan trabajar y vivir con dignidad, usando sus manos, su intelecto o cualquiera sea su habilidad. Todos merecen la misma igualdad de oportunidades para que puedan desarrollarse sin “distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes” (Constitución de la República, Art.8°), porque como decía la canción “LOS CONTRABANDISTAS”, de Pierre-Jean de Beranger (1780-1857), poeta francés del siglo XIX, que logró irritar a la Corona tanto como las revueltas callejeras:
 
“… si la ley nos condena
la gente nos absuelve …”

Tradicionalmente las respuestas en torno al tema contrabandistas suele ser: “esto siempre fue así”, “si esto está armado de esta manera, yo no lo voy a cambiar”, o peor aún, “deja quieto, no toques el tema porque te estás metiendo con "gente de arriba", del poder”. A mi entender, nada justifica la preservación de un sistema dañino, perjudicial para las partes y para el país, que promueve la resignación y que legitima prácticas desviadas y conductas salvajes de sobrevivencia, simplemente porque quienes deben buscar alternativas viables y más sanas para todos, no quieren incomodarse o tienen intereses creados; humildemente creo que siempre es tiempo de cambiar, de mejorar y de buscar otras salidas que no causen las muerte de quileros ni corrompan al Estado, y ese tiempo puede ser ahora. 

Richar Enry


sexta-feira, 22 de maio de 2020

LOS QUILEROS Y LA VUELTA A CLASE

Sería oportuno escuchar qué propuestas tienen las nuevas autoridades de la educación para reducir el analfabetismo

Hoy cuando tanto se discute sobre si el regreso a clases sería bueno o no, si es contraproducente o no el retorno a las aulas frente a una cuarentena relativa de más de sesenta días, sería oportuno escuchar qué propuestas tienen las nuevas autoridades de la educación para reducir el analfabetismo, un flagelo que afecta a gran parte de la población uruguaya (3% de los uruguayos mayores de 64 años son analfabetos y casi el 60% no estudió más allá de la escuela primaria), pero que responde a años de ausencia de medidas serias e integrales en torno al tema.

(Imagen cedida por el Museo Regional de Melo)

Un factor común entre los quileros de la frontera uruguaya, es el bajo grado de formación y una indiscutible necesidad de trabajo para subsistir. Según el Instituto Nacional de Estadísticas de este país, desde 1996 el índice de analfabetismo en departamentos fronterizos, como Artigas y Cerro Largo con 3%, duplica el guarismo nacional de 1,5%, siendo mayor aún en la población masculina de Tacuarembó y Rivera, propiciándose así el contexto inevitable para el crecimiento del contrabando, del trabajo informal y hasta la desocupación en estas zonas de frontera. 

Como dice James C. Scott en “Los dominados y el arte de la resistencia”: “ni la insurrección ocasional se puede entender sin tener en cuenta los espacios sociales cerrados en los cuales esa resistencia se alimenta y adquiere sentido”. Por eso, para entender el panorama en que jóvenes y hasta adolescentes se vuelcan a quilear, para comprender en su verdadera dimensión las reducidas posibilidades laborales en que padres de familia salen a la ruta para bagayear, debe tenerse en cuenta el factor nivel de educación formal promedio en las zonas de frontera (no en vano, por ejemplo, Cerro Largo posee el menor índice de especialización técnica y universitaria del país -7,0% y 3,6% respectivamente-), y cuánto repercute esto en la práctica del quileo. 

Es imposible no hablar de la relación costo-beneficio entre la inversión en educación y el progreso de la sociedad; y a su vez, no recordar a aquel Intendente que con una empatía sin igual supo entender la realidad de los más necesitados y a su manera también supo luchar por esa “utopía bárbara”, que fue Saviniano “Nano” Pérez (1947-1955), el que sin importar lo que pensaba el Presidente del momento -Don Tomas Berreta-, resolvió enviar periódicamente los camiones municipales a la frontera para traer alimentos (arroz, fideos, harina, yerba, azúcar, café) que luego eran vendidos al costo en Mercado Municipal “para defender la mesa de los pobres”, frente a las penurias que la mayoría de los pobladores del Departamento sufrían, especialmente en los barrios periféricos, donde el pobrerío crecía y padecía las miserias de una gran desocupación y falta de oportunidades. 


Si queremos dejar de sufrir la muerte de ciudadanos debajo de la carga de una moto, si queremos parar de olvidarlos allá en un rincón donde a nadie le importa, o tener que reprimirlos cada tanto por medio de fuerzas estatales financiadas con dineros públicos para quedar bien con la Cámara de Importadores, los Centros Comerciales o algún estrato acomodado de la sociedad, es necesario que se implementen planes de educación para adultos y adultos mayores, y asimismo que se incentive y motive a los adolescentes y jóvenes para que no deserten porque no ven viabilidad a sus sueños y esperanzas, porque no ven otra alternativa más que salir a la ruta a quilear, o porque no existe en el medio una fuente laboral suficiente que le dé a todos la posibilidad de una vida digna. Por eso, es imprescindible reducir y acabar con el analfabetismo, promover la superación personal y propiciar la capacitación laboral, que conjuntamente con otras medidas, permita alcanzar un mejor Índice de Desarrollo Humano a todos los habitantes del territorio nacional, incluso a los de la frontera.

Richar Enry

Publicación EL OBSERVADOR


quinta-feira, 7 de maio de 2020

EL QUILERO, MOTOR DE LA ECONOMÍA

Es necesario adoptar medidas que no los excluyan


    Hoy, cuando tanto se habla de “mantener los motores de la economía funcionando” de cara a la cuarentena y la pandemia, deberíamos preguntarnos: ¿qué rol juegan los contrabandistas, que injerencia tiene la actividad que los quileros desarrollan en la frontera con la misma dificultad y riesgo que las demás áreas de la esfera comercial?

    Cuando encontramos que según los datos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el desempleo en el Departamento de Cerro Largo, por ejemplo, alcanza el 50,5%, y la informalidad -que ha estado vinculada al contrabando desde hace más de dos siglos- llega a 49,1% del comercio en la región, deberíamos preocuparnos por ver qué medidas se adoptarán ahora en tal sentido.
    Como si no bastara con el sacrificio que ya implica ir a la frontera en condiciones indignas, como si no fuera suficiente los peligros que representa, incluso el riesgo de la propia vida, ahora también deberán enfrentarse con el posible contagio de un virus potencialmente letal, solos y sin ningún tipo de ayuda, como si la vida y la salud de esos ciudadanos fuera de menor valor por desempeñarse en la informalidad o fuera de los marcos legales.
No es culpa de los quileros que la función comercial que realizan no goce del amparo de la normativa; más bien pensemos cuáles han sido las gestiones que todos los gobiernos que han pasado por la dirección del país han adoptado para crear fuente de trabajo o darles una opción distinta de vida.
    Nadie puede decir que desconoce dicha actividad, porque la misma ya era practicada por el propio prócer nacional José “Pepe” Artigas en 1793; sin embargo hasta la fecha, ni con la vigencia de un Mercado Común del Sur (MERCOSUR) los gobiernos han sabido enfrentar semejante dificultad comercial, arancelaria, impositiva, laboral y social en la frontera, transparentando y legalizando una labor que sería menos peligrosa si no fuera triplemente castigada con la condena Penal, la incautación de la mercadería y multa, más la aprehensión de los vehículos.
    Lo cierto es que en los Departamentos fronterizos, los comercios legales sobreviven gracias al consumo que estos mismos contrabandistas y su entorno moviliza, comprando electrodomésticos, muebles, electrónicos y celulares, por ejemplo, todo eso que no es más barato, no vale la pena o no tiene garantía si es de contrabando; por eso las medidas para paliar la situación especial de pandemia en Uruguay debe pensar también en ellos, escuchar y atender las realidades de la gente de la frontera que quiere estudiar, trabajar y vivir con dignidad.
    Tal vez vaya siendo hora de poner los pies en la tierra y de pensar en soluciones integrales y a largo plazo, que atiendan e incluyan a las nuevas generaciones de este fragmento de la sociedad que, al igual que otros sectores de la realidad nacional, requiere se contemplen sus necesidades y sus derechos como ciudadanos; por lo tanto, es justo asumir dicha realidad y adoptar medidas que no los excluyan sino que los hagan parte de la “nueva normalidad”.

Richar Enry Ferreira

sexta-feira, 24 de abril de 2020

ENTRE EL USO DEL TAPABOCAS Y AL INSEGURIDAD, EL QUILERO

Este es el momento de crear fuentes de trabajo

    Una discusión pública ha estado candente en estos días y se refiere al uso de una medida preventiva de salud, que mágicamente ha sido relacionada a la variación en el indice de delitos a comercios, como si el uso de capucha, casco, un paño cualquiera o nada en su rostro no fuera suficiente para que quien desea delinquir lo haga, aun a expensas de quedar filmado y registrado por las cámaras, Como si ya no fuera suficiente desconfiar de todo el que ingresa a un comercio a juzgar por la apariencia, ¿ahora también deberíamos empezar a desconfiar de todo quien se protege con un tapabocas?.

    Este tipo de generalizaciones me llevó a un pasado reciente, donde el ex Presidente de la República expresaba :”hay una manga de delincuentes que traen gasoil de la frontera”, desconociendo y negando, no solo que una gran mayoría de los productores de la frontera produce o sobrevive gracias al consumo de ese combustible más barato, sino que además, sería imposible la existencia de un país productivo, de un Uruguay profundo que le dé vida a una gran parte de la población, si no fuera por el consumo de mercaderías ingresadas de contrabando.
    No pretendo hacer apología del delito, ni justificar a los grandes contrabandistas que ingresan sus contenedores por el puerto -entre las 22:00 y las 06:00 de la mañana sin la lectura del escáner-, o a los que ingresan camiones por las rutas, pero luego se vuelven “empresarios” y se vinculan a partidos políticos impulsando candidaturas legislativas para combatir a los que hacen lo mismo que ellos pero a menor escala. En estas líneas quiero referirme a los que fueron y van, desde antes de que se fundara la patria, a los que traen unas mercaderías o bienes de consumo que les den un mínimo de ganancia y que les permita generarse un ingreso para volver al otro día y así satisfacer sus necesidades y las de sus familias.
    No es secreto que desde el origen de la palabra contra-bando (ir contra los bandos o normas impuestas por la Corona Epañola a sus Colonias, por ejemplo, para no comercializar con los pobladores de las tierras de la Corona Portuguesa) se entendía que había una desobediencia, una rebeldía o una negación al cumplimiento de una norma, pero también sabían que desde el momento en que se establece una línea demarcatória, un límite o una frontera, en ese entorno se generan diversos modos de vida que van a buscar subsistir ante la prohibición. Del mismo modo, los ladrones, asaltantes o rapiñeros, van a mutar, se van a mimetizar y transformar, pero no dejaran de hacer lo que hacen, porque los límites humanos impuestos no impiden a las personas de actuar como actúan, por necesidad o voluntad.
    En conclusión, debemos dejar de pensar y actuar de forma reactiva, corriendo detrás de los problemas o posibles conflictos que surgen por las normas jurídicas que se crean y condicionan el accionar de las personas, y empecemos a pensar de forma preventiva, proactiva, adelantándonos a los conflictos, analizando los porque nos preocupa tanto que una horda de delincuentes salga a saquear supermercados con tapabocas, golpeando o matando personas, y no nos importa "el quilero" que sale a ganarse el pan, incluso a costa de su propia vida, pero es tratado por la norma penal de la misma forma, generemos fuentes de trabajo, liberemos las barreras arancelarias discutamos otras formas de importación que le permitan a estos sacrificados emprendedores trabajar legalmente con dignidad y honestidad para sustentar sus familias.

Richar Enry

#quileros #contrabandistas