Seguramente algunos compañeros más nuevos ignoren algunas de las cosas que a continuación voy a plantear, otros piensen o entiendan distinto, y algunos concluyan de que estoy equivocado y la realidad es otra; humildemente intento compartir la realidad que yo veo, la que mis ojos, conocimiento y capacidad me permiten analizar, seguramente no sea la misma o ni parecida, pero la idea final es lograr discutir y pensar temas ajenos a nuestros temas de conversación y preocupación cotidiana para analizar temas que hacen a la labor sindical de los dirigentes.
La situación social y policial del Uruguay entre la pos dictadura y la década del 90´ generó el caldo de cultivo necesario para el nacimiento de un movimiento de base, de trabajadores policiales del personal sub-alterno, de los de la calle, que en su diaria jornada conversaban e intentaban buscarle salida a determinadas situaciones que les exponían a los delincuentes y a los perjuicios que nuestra labor causa; así fue como se sublevaron a las lamentables canastas de alimentos podridos o vencidos, y a los míseros aumentos salariales, mientras los de arriba se llevaban “el pedazo más grande de la torta” en el 1992, y así también fueron reprimidos por sus propios compañeros a la orden de un gobierno herrerista.
Por otra parte, es de significar que el Estado uruguayo venía violando en forma reiterada los Convenio Internacionales 87 y 98, ratificados ante la O.I.T. allá por 1948 y 1949, los cuales por su propio carácter tenían efecto inmediato para todos los Policías, y que por no existir norma en contrario nos permitían sindicalizarnos desde esa fecha.
La apertura político gubernamental de izquierda en Uruguay (año 2005) propició la sindicalización policial en forma expresa y pública, no por un hecho casual, sino como una forma conveniente de canalización a las inquietudes, que eran cada vez mayores, y a su vez como una forma de adecuar la realidad al marco jurídico internacional vigente.
Como todo lo nuevo puede ser peligros, de forma inteligente insertaron en nuestro colectivos, elementos funcionales a otros intereses, que dirigieron y guiaron la lucha sindical por el camino político que le convenía a los grupos político partidarios en puja por este colectivo, potencialmente poderoso, dentro de los empleados estatales (con un potencial de casi 30.000 afiliados).
Nacionalistas y frenteamplistas se han disputado la hegemonías del sindicalismo policial en Uruguay con tres grandes falacias: si ganamos ustedes van a seguir existiendo siempre y cuando lo hagan dentro de la ley, están sindicalizados gracias a nosotros y desde el Pit-Cnt, se nos repite, si fuera por nosotros ustedes no estarían acá. Estos conceptos, no solo son equivocados, sino que reafirman la burla al colectivo y la descalificación permanente a la autoestima personal que los dirigentes debemos enfrentar de parte de personas que se sienten superiores y pretenden dictar cátedra de madurez, por la dificultad para la organización o participación sindical unitaria que representa la multisectorización sindical de policías -aunque ninguno colectivo puede rasgarse las vestidura por haber nacido y permanecido históricamente como él único en su ámbito de desempeño (ni político ni sindical), ya que es natural al ser humano la discrepancia y la rebeldía a las personas que dirigen una actividad-.
Si bien es cierto que algunos elementos internos de la Policía le han dado la razón a estos dichos mal intencionados y razonamientos engañosos, porque lamentablemente las capacidades intelectuales de unos poco no han sido suficientes ni adecuadas a la realidad laboral, sindical y política actual, o se han visto superados por la ambición personal y el protagonismo mediático que este colectivo puede dar, -por tratarse de la sindicalización de la seguridad pública en un estado de Derecho- pero eso no les da derecho a generalizar; NOSOTROS NO NOS VAMOS A CREER LOS CUENTOS DEL MAÑANA MEJOR que para eso están las iglesias y sus feligreses, SOMOS MERECEDORES DE LO QUE TENEMOS Y NO ACEPTAMOS LAS MIGAJAS DE NINGÚN PARTIDO POLÍTICO que con demagogia humanista pretende imponer un falso sentimiento paternalista y protector sobre nosotros, cuando en realidad solo han pretendido dominarnos o guiarnos por la senda de la inexistencia; por otra parte y a esta altura de la vida CREO QUE QUIENES DEBEN DE PREOCUPARSE E INTERESARSE PARA QUE LOS POLICÍAS SINDICALIZADOS ESTÉN ADHERIDOS A ESA ORGANIZACIÓN SON ELLOS, porque no se vería nada bien a nivel nacional o internacional, que una Convención y Plenario, o Central, "de trabajadores" fuera exclusiva y no inclusiva, que condicionara nuestro ingreso a ese colectivo si no cumplimos con determinados requisitos ilegales, NOSOTROS NOS BRINDAMOS CON CONFIANZA, HUMILDAD Y LEALTAD, pero a pesar de reconocer nuestra ignorancia y dificultades en muchos temas ese siempre ha sido un lugar donde nos aceptaron a regañadientes y del cual no hemos recibido más que reproches de la mayoría de sus dirigentes- SALVO CONTADAS ESCEPCIONES-, cuando no, el “ninguneo” descarado o el descalificativo constante, A PESAR DE QUE MUCHOS DE ELLOS SE BENEFICIARON EN EL CONGRESO Y ESTAN DONDE ESTAN GRACIAS A NUESTROS VOTOS.
LO QUE TENEMOS ES NUESTRO Y NOS LO HEMOS GANADO CON LUCHA, nuestra o de aquellos que hoy ya no son Policías pero se hicieron apalear por tener un ideal de igualdad y libertad laboral, ya hemos perdido años de lucha, fuerzas y tiempo irrecuperable como para seguir desgastando nuestras energía en juegos que no le aportan nada a la clase obrera policial, ahora, solo depende de nosotros. Humildemente creo que cuando recibimos una herencia nos compromete el pasado y si hemos recibido la herencia de la lucha, la confianza en si mismo y en ele colectivo, sostenida en los ideales de libertad, igualdad, fraternidad, respeto y lealtad por encima de los que otros optan seguir; ESE ES EL CAMINO QUE DEBEMOS SEGUIR CAMINANDO, bien con todos y mal con nadie; convencidos de que nosotros podemos, y de hecho lo hemos hecho, caminar autónomamente, no aislados ni desentendidos de los que es la lucha de los demás integrantes de nuestra clase trabajadora, mucho menso enfrentados, pero, sin titiriteros, ni caudillos, o jefes que nos digan que hacer más que las resoluciones de nuestras asambleas de base o resoluciones de consenso adoptadas en el seno de U.SI.P..
YA VA SIENDO HORA DE VALORAR LO ALCANZADO Y CON FUERZAS RENOVADAS SEGUIR ADELANTE, transmitiendo a los que vienen el esfuerzo entregado por los actuales espacios ganados; a los que no quieren a la Policía sindicalizada porque es parte del aparato represor del Estado deberíamos hacerle ver que entre tanto la ley no cambie y la realidad nos exija estar donde hay que estar, para mantener la paz y la seguridad social, AHÍ ESTAREMOS, PUES PARA ESO NOS PAGAN EL SALARIO, y si sus ideales son un sindicato policial sin represores solo puede ser una inmediata utopía, entre tanto la realidad supera el idealismo, y un sindicalismo policial libre de golpeadores y represores solo seguirá siendo una quimera.
Richar Ferreira