sexta-feira, 10 de julho de 2020

HACIENDO MEMORIA

Muchos años y tantas cosas vividas, 24 y 12.




El pasado 5 de julio se cumplieron 24 años de mi ingreso al Instituto policial, junto a otra veintena de personas, unos que ya no están en este mundo y otros que han dejado la fuerza, los menos por voluntad propia, por acción externa los más.

Pero los años pasan y la evaluaciones llegan: año y medio en Seccional 16 (Rural), año y medio en Seccional 1era, seis años en Administración de Jefatura y un año y poco más entre la Seccional 6ta y 11ra. de la Jefatura de Policía de Cerro Largo. Luego vinieron años interesantes en la capital (Montevideo), Seccional 13ra. y 8va., desde patrullaje a pie, pasé por móviles, oficinas jurídicas, policía comunitaria, y todas ellas dejaron sus enseñanzas.

Hace tiempo he dedicado mis energías y trabajos a la lucha sindical, convencido de que el sindicalismo es la herramienta que los trabajadores policiales deben tener y defender, para hacer valer sus derechos, para reivindicar lo que sienten que se merecen y lo que la norma habilita pero los intereses ajenos y de terceros no permiten que ejerzan, por ejemplo en el área de la salud laboral, especialmente en el interior del país, donde las Jefaturas más se parecen más a un "Feudo" manipulado por un semi-dios impune, que a una Jefatura Política de Policía.









Vi a muchos hombres fuertes llorar por injusticias cometidas por el sistema (enviándolos a cárceles de máxima seguridad por defender el derecho a agremiarse); vi a otros llorar sepultando a su compañero asesinado cobardemente de un disparo en la cabeza (caso Oseas Pintos, donde el autor del ingreso a la cárcel del arma que le dio muerte permanece impune, y nadie dice nada); me tocó estar con otros en el Juzgado, acusados de asesinar (cuando lo único que hicieron fue defender su vida y la de su compañero). Marché con miles que reclamaban por el pago de sus haberes, cuando el gobierno de Rio Grande del Sur parcelaba y atrasaba los salarios públicos; estuve con compañeros del interior que volando de fiebre y con tremendo malestar no eran atendidos por Sanidad Policial sólo por ser del interior y no contar con la debida cobertura en la capital; ví padres del interior alegrarse porque sus hijos ahora podían tener un lugar donde alojarse con seguridad y a muy bajo costo en Montevideo (cuando junto a Etchepare y Pina creamos el Residencial Estudiantil para familiares de policías); también fui expulsado de dependencias policiales por informar y asesorar a colegas, denuncié e informé en la prensa cientos de veces (incluso a precio de haber sido solicitada mi destitución de la Fuerza por parte de un jerarca), vi corrupción y corruptos ir y venir, certeza de la impunidad absoluta y complicidad de muchos, incluso de la propia Dirección de Asuntos Internos.

Muchos años pasaron y sé que todo no ha sido en vano; sin sanciones graves, sumarios o procesos y sin ser un "Super Policía", hice mi trabajo y ayude a otros a realizarlo de la mejor forma, dando todo. Internacionalizar la lucha por la defensa de los derechos y las libertades ha sido mi objetivo en estos últimos años, y por eso llegué hasta lugares donde nunca hubiera imaginado... El que entendió que solo juntos y unidos se sale adelante, bien; el que no lo entendió y antepuso otros intereses, lo lamento; hice amigos y enemigos, los primeros menos que los segundos.

Pero lo más importante que siento haber logrado, ha sido la democratización de la discusión en temas de seguridad pública y ciudadana; haber entendido que así como nuestra patronal no lo sabe todo, nosotros los trabajadores, tampoco sabíamos todo, y para eso necesitábamos nutrirnos de los conocimientos técnicos y teóricos, para que junto con nuestra sapiencia pragmática, derivada de la labor de combate al delito y lucha por la seguridad, pudiéramos conformar saberes que le aportaran transformaciones beneficiosas a la población en general.



No creo que sea momento de medir logros; sólo puedo decir que no es fácil, no es fácil avanzar, no es fácil evolucionar, porque los intereses políticos se imponen, porque las voluntades del corporativismo de la oficialidad muchas veces no lo permite, o simplemente porque no estamos preparados para cambiar, para asumir determinadas responsabilidades y evolucionar, los otros ni nosotros. La vida sigue y veremos qué nos depara el mañana, pero hasta hoy hemos sabido cumplir. Que podríamos haber hecho más y mejores cosas, sí es cierto; pero también es verdad que podríamos haber sido muchos más los que dábamos la pelea: la comodidad nos ha ganado, la apatía nos ha superado y la indefensión aprendida nos derrotó.

Salú Policía Nacional, salú movimiento sindical latinoamericano y del mundo, juntos podemos!

NOS ESTÁ VENCIDO EL QUE PELEA, FUERZA Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!!!







Richar Ferreira